ALGUNAS CALLES
“El día coruñés y la noche americana”.
A Coruña por la noche es una ciudad paralela. En A Coruña se sale de noche como si no fuese a amanecer nunca más. En A Coruña, si tomas esa segunda cerveza, ya sabes que de perdidos al río, a la noche, a la madrugada. Al final mismo de la noche. Isra Cubillo, que nos conoce a todos desde los dos lados de esa frontera psicológica que es el mostrador de la noche, sale cada madrugada con su cámara a fotografiar el alma de la ciudad nocturna. Es una Coruña diferente. Única. Tal vez última. Calles vacías, donde solo se atisba el insomnio de los coches bajo la luz tibia de las farolas. Calles que transitamos de día como si fuesen espacios convencionales, sin misterio, pero que de noche sacan todos los misterios del mundo de su chistera. Isra también hace un travelling con su cámara por la ciudad diurna. Pero el fotógrafo, que se planta durante 24 horas en las esquinas de A Coruña, huye de las multitudes y elige las calles sin gente, a penas con un par de paseantes o vecinos que van y vienen de la compra o del bar. Vemos pasar la ciudad por su cámara, por sus fotos, por sus vídeos, como quien ve la película cotidiana de nuestra propia existencia. Son las calles de dos universos paralelos. Tenemos la luz despiadada del mediodía. Y tenemos esa otra Coruña que apaga la luz de la mesilla y no se va a dormir, qué va, sino que también se saca de paseo por el laberinto urbano de las farolas encendidas a medias y los garitos en penumbra. Es una Coruña sin peatones, sin circulación, casi sin calles, sin ciudad, donde todo se va desvaneciendo y apenas pasa una señora que pasea a su perro. Y también pasa Isra Cubillo con su cámara retratando el día coruñés o la noche americana, ya no sé, porque A Coruña a estas horas tiene esta luz impostada del amanecer que los yanquis usaban para grabar las noches falsas y azuladas de las películas del Oeste. La noche americana de Truffaut. Pero quién sabe, porque ya está amaneciendo y los coruñeses nos esfumamos como fantasmas a la vuelta de la esquina de un nuevo día.
Luís Pousa A Coruña, 15 de noviembre del 2016